
Publicado por Karina Orzechovski en el 2020-07-06
El Trastorno de Ansiedad Social (TAS), también llamado Fobia Social, se caracteriza por un fuerte temor que aparece en situaciones sociales, cuando la persona tiene que estar y/o relacionarse con otros. Como estrategia de afrontamiento, la persona tiende a evitar el contacto con los demás y rehuir de toda situación que implique interacción social, exceptuando su círculo de familiares o amigos muy cercanos.
El inicio del trastorno suele ser en la adolescencia, aunque hay casos en que podría detectarse en la infancia. Puede aparecer bruscamente después de una experiencia traumática o de forma lenta e insidiosa. Es una patología crónica, que difícilmente remite sin tratamiento.
El síntoma cognitivo más importante de la Fobia Social es el miedo a ser evaluado negativamente por los demás, ser rechazado, burlado o humillado. La persona se siente observada y cree que los demás piensan y hablan mal de él.
En los momentos en que se expone a tales situaciones experimenta sensaciones corporales desagradables, como malestar u opresión en el pecho o estómago, sofocos, transpiración o la sensación de “ponerse colorado”. Estas sensaciones pueden ser muy molestas y el esfuerzo de la persona por disimularlas se convierte en un factor que afecta la fluidez del intercambio social, reforzando en la persona la creencia de ineficacia interpersonal. El malestar emocional experimentado lleva a que quien padece Trastorno de Ansiedad Social a rehuir del contacto con los demás o a tolerarlo a costa de un gran esfuerzo, provocándose eventualmente sentimientos de soledad y aislamiento.
La Fobia Social varía en gravedad, pudiendo distinguirse:
» La Fobia Social Discreta o Específica se da cuando el temor se presenta en una o dos situaciones sociales puntuales. Por ejemplo, se teme hablar en público o con figuras de autoridad (jefes, profesores), pero puede hacerlo ante grupos de pares. Este caso representa un problema según las necesidades de la persona, pudiendo en ocasiones transformarse en un obstáculo.
» La Fobia Social No Generalizada se presenta cuando la persona teme a muchas situaciones sociales, pero no a todas. Se trata de personas que no pueden opinar en una clase, no se animan a relacionarse con el sexo opuesto, casi no tienen amigos y no asisten a reuniones sociales. Este caso de Fobia Social generalmente es un problema, ya que dificulta mucho el desarrollo de la persona y la expone a un importante sufrimiento.
» La Fobia Social Generalizada es la versión más grave pues se teme a casi cualquier interacción con otra persona. El temor aparece en las situaciones más simples y necesarias como comprar en el supermercado, comer en público o hasta caminar por una calle donde hay gente. Un miedo social tan generalizado representa un gran obstáculo para la mayoría de las actividades pues en casi cualquier cosa que hacemos, hay otras personas involucradas.
Las opción de tratamiento más extensamente estudiada para el tratamiento del TAS en adultos es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC). La TCC es una terapia orientada en el presente, que trabaja sobre las cogniciones y comportamientos de los pacientes, con el objetivo de mejorar sus habilidades interpersonales. Las técnicas utilizadas: Exposición, Reestructuración Cognitiva, Relajación y Entrenamiento en Habilidades Sociales.
Exposición: es una técnica conductual, basada en considerar al TAS como una respuesta aprendida (condicionada). Mediante la exposición a la situación temida, en vivo o imaginariamente, de forma sistemática y gradual, eventualmente se consigue que la habituación o extinción ocurran (desaprender o descondicionar la reacción fóbica) consiguiendo afrontar tales situaciones con un nivel de ansiedad tolerable.
Reestructuración cognitiva: el TAS surge de creencias desadaptativas acerca de sí mismo y de los demás, que son muchas veces adquiridas tempranamente. Estas técnicas ayudaran al paciente a estas cuestionar tales creencias, de tal modo que puedan ver el mundo de manera más realista.
Relajación: consiste en entrenar al paciente en identificar las señales de ansiedad tan pronto aparecen y practicar ejercicios de relajación en situaciones ansiógenas provocadas, para ayudar a reducir la activación fisiológica cuando se produce.
Entrenamiento en habilidades sociales: los pacientes con Fobia Social en general presentan un déficit de habilidades sociales. Parte del tratamiento incluye entrenar al paciente en nuevas habilidades de competencia social y/o permitirle expresar las habilidades que ya han sido adquiridas, y son afectadas por la elevada ansiedad que aparece en situaciones sociales. Se incluyen habilidades como la asertividad, la capacidad para iniciar o mantener una conversación, etc.